miércoles, 15 de febrero de 2017

En territorios de naciones originarias está el 80% de la biodiversidad del planeta

Las tierras indígenas reúnen 80 por ciento de la biodiversidad

Por Baher Kamal 
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En la mayor parte de los Andes, se estima que la erosión del suelo es uno de los principales factores que limitan la producción agrícola. Crédito: Juan I. Cortés/©IFAD

ROMA, 9 feb 2017 (IPS) - Hay más de 370 millones de personas que se reconocen como indígenas en 70 países y sus territorios ancestrales concentran más de 80 por ciento de la diversidad biológica del planeta. Solo en América Latina hay más de 400 pueblos, aunque la mayor concentración se da en Asia Pacífico, con 70 por ciento de su población que se define como indígena.

Pueblos originarios

Los pueblos indígenas tienen una ricas culturas ancestrales que consideran sus sistemas sociales, económicos, ambientales y espirituales interdependientes. Y gracias a sus conocimientos tradicionales y su comprensión de la gestión de los ecosistemas hacen un aporte valioso al patrimonio de la humanidad.

“Pero también están entre los grupos más vulnerables, marginados y desfavorecidos”, alerta el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).

“Y tienen variados conocimientos profundos y local del mundo natural”, destaca la organización con sede en Roma.

“Por desgracia, a menudo los pueblos indígenas pagan el precio de ser diferentes y con demasiada frecuencia sufren discriminación”, subrayó el FIDA, que realizará una Reunión Global sobre el Foro de Pueblos Indígenas del 10 al 13 de este mes en la capital italiana.

La agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reunirá a representantes de instituciones indígenas, así como a sus socios para mantener un diálogo directo entre todos y mejorar la participación de los pueblos autóctonos en los programas nacionales que financia.

Desde hace siglos, las comunidades indígenas han sido“despojadas de sus tierras, territorios y recursos y perdieron el control sobre sus estilos de vida. Representa cinco por ciento de la población mundial, pero 15 por ciento de los pobres”, precisa el FIDA.

Una de las formas más efectivas para sacarlos de la pobreza es apoyar sus esfuerzos para diseñar y decidir su destino, así como asegurarse de que participen en la creación y la gestión de las iniciativas de desarrollo.



Derechos de los pueblos indígenas

La Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, adoptada por la Asamblea General de la ONU el 13 de septiembre de 2007, establece un marco universal de estándares mínimos para su supervivencia, bienestar y el goce de sus derechos.

El documento trata sobre los derechos individuales y colectivos, sobre cuestiones de identidad y de cultura, sobre educación, salud, empleo e idioma. Además, prohíbe la discriminación y promueve su total y efectiva participación en todos los asuntos que los conciernen.

También garantiza su derecho a permanecer diferentes y a perseguir sus propios prioridades en términos económicos, sociales y desarrollos culturales. El Día Internacional de los Pueblos Indígenas se celebra todos los años el 9 de agosto con el fin de subrayar sus derechos.

El FIDA lleva más de 30 años trabajando con pueblos indígenas, y desde 2003, 22 por ciento del presupuesto anual del fondo se destina a proyectos que los conciernen, principalmente en América Latina y Asia.

Desde 2007, gestiona el mecanismo de asistencia a los pueblos indígenas (IPAF). Mediante pequeños préstamos de hasta 50.000 dólares financia pequeños proyectos propuestos por ellos con el fin de fortalecer su cultura, su identidad, su conocimiento, sus recursos naturales, así como sus derechos humanos y de propiedad intelectual.

Para facilitar la concreción de los compromisos, el FIDA creó el Foro de los Pueblos Indígenas, que promueve el diálogo y las consultas entre organizaciones indígenas, los funcionarios del fondo y los estados miembro.

Al fortalecer a las organizaciones de base y la gobernanza local, el fondo también ayuda a las comunidades indígenas a participar en el diseño de estrategias para su desarrollo y a perseguir sus propios objetivos y visiones.

La tierra no solo es fundamental para la superviviencia de los pueblos indígenas, como lo es para la mayoría de las poblaciones rurales, sino que es central para su identidad.

“Tienen una profunda relación espiritual con sus territorios ancestrales. Además, cuando tienen un acceso seguro a la tierra, también tienen una base firme desde la cual mejorar su sustento”, subraya el FIDA.

Las comunidades indígenas y sus sistemas de conocimiento pueden desempeñar un papel vital en la conservación y en la gestión sostenible de los recursos naturales.



Potencial de las mujeres indígenas desaprovechado

El FIDA, también llamado “banco de los pobres” porque ofrece préstamos y créditos de bajo interés a comunidades rurales pobres, reconoce el potencial desaprovechado de las mujeres indígenas como administradoras de los recursos naturales y de la biodiversidad, como guardianas de la diversidad cultural y como agentes de paz e intermediarias en la mitigación de conflictos.

Sin embargo, las indígenas suelen estar entre los integrantes más desfavorecidos de sus comunidades por su limitado acceso a la educación, a los activos y a los créditos, así como a su exclusión de los procesos de decisión.

El FIDA es un organismo especializado de la ONU creado como institución financiera internacional en 1977, uno de los resultados más importantes de la Conferencia Mundial de la Alimentación de 1974, organizada para responder a la crisis alimentaria de principios de esa década y que afectó particularmente a los países africanos del Sahel.

En la conferencia mundial, los participantes convinieron que debía “crearse de inmediato un fondo internacional para financiar proyectos de desarrollo agrícola, principalmente destinados a la producción de alimentos en los países en desarrollo”.

Uno de los elementos más importantes derivados de la conferencia fue la comprensión de que las causas de la inseguridad alimentaria y de la hambruna no obedecían tanto a las malas cosechas, sino a problemas estructurales relacionados con la pobreza y al hecho de que la mayoría de las poblaciones pobres de los países en desarrollo se concentraban en zonas rurales.

Desde su creación, el FIDA invirtió 18.400 millones de dólares que beneficiaron a unas 464 millones de personas en áreas rurales.

Traducido por Verónica Firme
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Indigenous Peoples Lands Guard 80 Per Cent of World’s Biodiversity

By Baher Kamal


In much of the Andes, soil erosion is thought to be one of the most limiting factors in crop production. Soil is vulnerable to erosion where it is exposed to moving water or wind and where conditions of topography or human use decrease the cohesion of the soil. ©IFAD/ Juan I. Cortés

ROME, Feb 9 2017 (IPS) - They are more than 370 million self-identified peoples in some 70 countries around the world. In Latin America alone there are over 400 groups, each with a distinct language and culture, though the biggest concentration is in Asia and the Pacific– with an estimated 70 per cent. And their traditional lands guard over 80 per cent of the planet’s biodiversity.


They are the indigenous peoples.

They have rich and ancient cultures and view their social, economic, environmental and spiritual systems as interdependent. And they make valuable contributions to the world’s heritage thanks to their traditional knowledge and their understanding of ecosystem management.

“But they are also among the world’s most vulnerable, marginalized and disadvantaged groups. And they have in-depth, varied and locally rooted knowledge of the natural world, “says the Rome-based International Fund for Agriculture Development (IFAD).

“Unfortunately, indigenous peoples too often pay a price for being different and far too frequently face discrimination,” the Fund, which hosts on Feb 10 and 13 on Rome the Global Meeting of the Indigenous People Forum in the Italian capital.

During this biennial meeting, the United Nations specialised agency will bring together representatives of Indigenous Peoples’ Organisations from across the world, as well as leaders of partner bodies to engage in a direct dialogue and improve participation of indigenous peoples in the Fund’s country programmes.


Credit: IFAD

Over the centuries, the Indigenous peoples “have been dispossessed of their lands, territories and resources and, as a consequence, have often lost control over their own way of life. Worldwide, they account for 5 per cent of the population, but represent 15 per cent of those living in poverty.”

One of the most effective ways to enable indigenous peoples to overcome poverty, it adds, is to support their efforts to shape and direct their own destinies, and to ensure that they are the co-creators and co-managers of development initiatives.

Rights of Indigenous Peoples

The United Nations Declaration on the Rights of Indigenous Peoples, adopted by the General Assembly on Sep. 13, 2007, establishes a universal framework of minimum standards for the survival, dignity, well-being and rights of the world’s indigenous peoples.

The Declaration addresses individual and collective rights; cultural rights and identity; and rights to education, health, employment and language. And it outlaws discrimination against indigenous peoples and promotes their full and effective participation in all matters that concern them.

It also ensures their right to remain distinct and to pursue their own priorities in economic, social and cultural development. The International Day of the World’s Indigenous Peoples is observed on Aug. 9 every year.

Announcing the Forum, IFAD noted that it has more than 30 years of experience working with indigenous peoples. In fact, since 2003, an average of about 22 per cent of the Fund’s annual lending has supported initiatives for indigenous peoples, mainly in Asia and Latin America.

Since 2007, it has administered the Indigenous Peoples Assistance Facility (IPAF). Through small grants of up to 50,000 dollars, it supports the aspirations of indigenous peoples by funding micro-projects that strengthen their culture, identity, knowledge, natural resources, and intellectual-property and human rights.

To help translate policy commitments into action, it has established an Indigenous Peoples’ Forum that promotes a process of dialogue and consultation among indigenous peoples’ organisations, IFAD staff and member states.

The Fund empowers communities to participate fully in determining strategies for their development and to pursue their own goals and visions by strengthening grass-roots organisations and local governance.

Land is not only crucial to the survival of indigenous peoples, as it is for most poor rural people – it is central to their identities, the Fund reports. “They have a deep spiritual relationship to their ancestral territories. Moreover, when they have secure access to land, they also have a firm base from which to improve their livelihoods.”

According to this international Fund, indigenous peoples and their knowledge systems have a special role to play in the conservation and sustainable management of natural resources.


The first global meeting of the Indigenous Peoples’ Forum at IFAD was held in Rome on 11-12 February 2013. ©IFAD/Giulio Napolitano


Indigenous Women’s Untapped Potential

The also named “bank of the poorest” as it provides grants and low-interest credits to the poorest rural communities, recognises indigenous women’s untapped potential as stewards of natural resources and biodiversity, as guardians of cultural diversity, and as peace brokers in conflict mitigation.

Nonetheless, it says, indigenous women are often the most disadvantaged members of their communities because of their limited access to education, assets and credit, and their exclusion from decision-making processes.

This ‘bank of the poorest’ is a specialised agency of the United Nations, which was established as an international financial institution in 1977, being one of the major outcomes of the 1974 World Food Conference, which was organised in response to the food crises of the early 1970s that primarily affected the Sahelian countries of Africa.

That world conference resolved that “an International Fund for Agricultural Development should be established immediately to finance agricultural development projects primarily for food production in the developing countries.”

One of the most important insights emerging from the Conference was that the causes of food insecurity and famine were not so much failures in food production but structural problems relating to poverty, and to the fact that the majority of the developing world’s poor populations were concentrated in rural areas.

Since its creation, IFAD invested 18.4 billion dollars to help 464 million rural poor people.